Me desplomo de espalda contra el barro. La lluvia cae incesante, recorriendo las maltrechas facciones para mezclarse con el metalico sabor de mi boca. Tengo los músculos agarrotados, miro con impotencia como él se aleja. La sangre brota caliente de las heridas y se diluye en la tierra. Cada bocanada de aire supone un doloroso crujido de mis costillas. Siento cómo la vida me abandona. Tengo punzantes cortes en el pecho. Palpo vacilante la empuñadura de la daga que aún está clavada en mi abdomen. No entiendo como la situación llegó a esto.
[[Quedarse tendido]]
[[Levantarse]]
[[Sacarse el cuchillo]]Toso y la bilis sube por mi garganta. Escupo con dificultad. Puntos negros cubren mi visión, paulatinamente los colores se hacen más tenues y las sensaciones más distantes. Poco a poco voy perdiendo la sensibilidad, no tengo fuerzas para mantenerme consciente, ojalá ella…
[[Pierdes la consciencia]] Abro los ojos con lentitud, el brillo me enceguece. Parpadeo un par de veces hasta que me acostumbro. El aroma a sereno me invade. Estoy tendido sobre una suave alfombra de pasto. Me inclino hacia adelante con pereza. El césped se extiende en todas las direcciones. Mi corazón se acelera, no tengo ni una mínima idea de donde me encuentro. Aprieto la mandíbula e intento calmarme. Frente a mi, la brisa mese un bosque de lado a lado, un sincronizado baile de ramas y troncos. Cada hoja tiene su propia tonalidad de deslumbrante verde, formando en conjunto un hermoso manto que baña los danzantes árboles. Alzo un poco más la vista intentado buscar algo que me resulte familiar, a lo lejos hay gigantescas montañas nevadas que se entrelazan para formar peligrosos desfiladeros y quebradas sin fin. Todo tiene un tamaño y color sobrenatural. Echo la cabeza hacia atrás. El brillante azul del cielo me obliga a entrecerrar los ojos. Todo está claro pero no veo el sol, solo diminutos cúmulos de blancas nubes bien alejados unos de otros.
Trago saliva para aflojar el nudo que aprisiona mi garganta, llorar no va a servir de nada. El estómago me gruñe con fuerza. Las pulsaciones retumban en mi pecho y mis manos tiritan.
[[Caminar hacia el bosque ]]
[[Caminar hacia las montañas]] [[Encuentran información de que la Chica se fue a monte Fir]] [[LLegan donde sabio, que no les ayuda ]]
[[Encuentran información de que la Chica se fue a monte Fir]] [[Son atacados por seres oscuros]]
[[Conocen a William]]Game OverSeres oscuros matan a su amigo, Alex lo salva. Jack entiende peligro de "morir"
[[Viajan varios dias, Jack recuerda a su familia y hermano Derek]][[Llegan a Monasterio en Monte y les comunican que Pater y Luz murieron]] [[Son atacados por seres oscuros y Jack los mata con fuego que brota de él]] [[Le cuentan a Jack que es el elegido y dan libro en otro idioma que explica como usar su poder]][[Huye y es destrozado por lobos]]
[[Van a otra ciudad en busca de ayuda con el idioma del libro]] Game Over[[Encuentran a la Chica del mercado, que lo ayuda a entender mas del idioma del libro]] [[Chica resulta ser solo una ilusion creado por Derek, para empujar a Jack a pelear con él]][[Descifran pasaje que indica que deben obtener el Orbe de Poder]] [[Pasan por ciudad destruida por Derek, el hermano de Jack]] [[LLegan a donde Guardian del Orbe]][[Jack muere a manos del guardian]]
[[Jack derrota al Guardian]]Game Over[[Ya con el Orbe sus poderes se potencian y va a la Ciudad de Plata]][[Pelea con Derek]][[Mata a Derek y se convierte en la Oscuridad]]
[[Jack entiende último pasaje del libro y se sacrifica]]Game Over[[Derek entiende todo y se sacrifica tambien]][[Renacen fortalecidos y derrotan malevolo Plan de Pater y Luz]][[Salvan a todos]]Double-click this passage to edit it.Miro hacia un costado y logro apreciar los restos de mi chaqueta, reúno fuerzas para levantarme, pero me derrumbo enseguida. Toso y la bilis sube por mi garganta. Escupo con dificultad. Puntos negros cubren mi visión, paulatinamente los colores se hacen más tenues y las sensaciones más distantes. Poco a poco voy perdiendo la sensibilidad, no tengo fuerzas para mantenerme consciente, ojalá ella…
[[Pierdes la consciencia]]Temblando, sujeto con ambas manos el puñal y extraigo la hoja. Me arqueo y grito de dolor. Intento detener la gigantesca hemorragia con las manos. Los latidos producen que las entrañas me quemen por dentro. Toso y la bilis sube por mi garganta. Escupo con dificultad. Puntos negros cubren mi visión, paulatinamente los colores se hacen más tenues y las sensaciones más distantes. Poco a poco voy perdiendo la sensibilidad, no tengo fuerzas para mantenerme consciente, ojalá ella…
[[Pierdes la consciencia]]Creo que mi mejor opción es caminar hacia el bosque, debe haber algún riachuelo o algo de donde beber, con un poco de suerte podría encontrar algunas bayas.
Me pongo de pie y camino vacilante hacia los árboles. Avanzo unos veinte pasos y oigo un rugido. Miro para todas partes, pero no distingo su origen. Giro la cabeza y veo como en direccion contraria el pasto se extiende practicamente hasta donde se acaba la vista, para mezclarse con las montañas. Es demasiado lejos. No es opción. Cierro los puños, respiro un par de veces y reanudo la marcha.
Apenas me adentro en el bosque una fuerte ráfaga de viento me hace perder el equilibro y una segunda consigue tumbarme. El bosque cruje y resuena debido al vendaval incesante, haciendo que los arboles se inclinen peligrosamente. La intensidad de las ráfagas no hace más que aumentar. ¡Maldición, no puedo levantarme! Un tronco a mi derecha revienta de forma violenta y el árbol cae hacia mí. Cierro los ojos y espero lo peor. Una mano me sujeta del brazo y tira con fuerza mientras veo pasar la madera a centímetros de mi rostro. Un hombre me sujeta por los hombros y mira fijamente a los ojos.
-Necesito que digas "sí", no hay tiempo para explicar nada. -dice el extraño, dejando que las palabras salgan corriendo de su boca.
Dudo y lo miro confundido.
-Rápido, confía en mi -dice sacudiéndome.
[[Decir Sí]]
[[Guardar silencio]]Creo que mi mejor opción es caminar hacia las montañas, debe haber algún riachuelo o algo de donde beber, con un poco de suerte podría encontrar alguna cueva donde pasar la noche.
Me pongo de pie y camino vacilante. Avanzo unos veinte pasos y oigo un rugido. Miro para todas partes, pero no distingo su origen. Cierro los puños, respiro un par de veces y reanudo la marcha.
LLego a la base de una empinada montaña. Es practicamente una pared. Un fuerte temblor me hace perder el equilibro y consigue tumbarme. Todo cruje y resuena debido al movimiento incesante. ¡Maldición, no puedo levantarme! Un gigantesco peñasco revienta de forma violenta a escasos metros a mi derecha. El temblor se intensifica. Cierro los ojos y espero lo peor. Una mano me sujeta del brazo y tira con fuerza mientras veo pasar una roca a centímetros de mi rostro. Un hombre me sujeta por los hombros y mira fijamente a los ojos.
-Necesito que digas "sí", no hay tiempo para explicar nada. -dice el extraño, dejando que las palabras salgan corriendo de su boca.
Dudo y lo miro confundido.
-Rápido, confía en mi -dice sacudiéndome.
[[Decir Sí]]
[[Guardar silencio]]- Sí… -balbuceo.
Da un paso hacia atrás, cierra los ojos, eleva el brazo derecho a la altura de su pecho y extiende el índice. El extremo de su dedo se rodea con una luz blanca. Comienza a trazar un luminoso círculo en el aire. Al completarlo este se ilumina aún más, obligándome a cerrar los ojos. De un momento a otro, silencio…
Anonadado miro en todas direcciones. Estamos de vuelta en un prado. Me siento mareado por la confusión. El hombre está hincado, con una rodilla en la tierra, respirando a bocanadas. Un brillo extraño emana de su cuerpo. Luego de unos segundos se pone de pie. Es alto, fornido y de tez blanca. Lleva solo una larga falda blanca. Su cuerpo es musculado pero armonioso. Tiene la cara alargada, los ojos almendrados, una nariz respingada y unos finos labios rojos. El pelo y sus ojos son de un marrón claro.
-Gracias -le digo, con voz temblorosa. Es lo único que logro articular.
-De nada -me responde con voz grave. -Mi nombre es Alexander, aunque puedes llamarme Alex, soy tu ángel guardián.
¿Ángel? Debe estar bromeando. Siempre he tenidos mis dudas con respecto a la fe. ¿Pero creer en ángeles y seres celestiales? Escapa bastante de lo que pienso. Además ¿Qué haría un ángel en la tierra?
-Por supuesto que existimos y no te confundas, esto está lejos de ser la tierra.
¿Qué?
-Estoy un poco débil y no te he explicado nada. Lo siento. -dice el ángel con una leve mueca de vergüenza.
Estira su espalda y se sacude la rodilla.
-Acabas de dejar tu mundo y te encuentras en Eden, dentro del Reino de Saduf, específicamente en el valle de Glasdeg. Yo soy tu ángel guardián. Por orden de nuestro Padre, mi misión es cuidar de ti y enseñarte lo que pueda sobre este mundo. Puedo saber lo que piensas siempre que me lo permitas. Solo tienes que pronunciar "Leck" y el vínculo se rompe, para volver a activarlo di "Sod".
Lo miro incrédulo. ¿Muerto? ¿Padre? ¿Ángeles guardianes? ¿Vínculos telepáticos? No entiendo. Siempre imaginé la muerte de manera distinta. Más simple, más tranquila.
-¿Cuál es tu nombre?- Pregunta Alex sacándome de mis pensamientos.
-Es… -vacilo y no logro terminar la frase.
¿Mi nombre? No puedo recordar mi nombre. ¿Por qué recuerdo los nombres de las cosas, como funciona todo, pero nada de mí? Bueno, ahora también sería interesante saber cómo morí.
-Así que no puedes recordar quien eres -dice pensativo el ángel. - Eso es extraño. Nadie pierde la memoria al pasar hacia aquí. Lo mejor será ir en busca de un Querubín, ellos podrán responder tus dudas. Conozco uno que vive cerca de la ciudad de Fhideg.
El ángel, sin esperar mi respuesta, da un medio giro y empieza a caminar.
Al parecer no tengo más opción que confiar en él, además, si quisiese hacerme daño ya lo habría hecho o tan solo podría haberme morir.
[[Seguirlo]]Siento un gigantesco peso sobre mi, mucho dolor y luego nada.
[[Fin del juego]] Todo está negro, siento miedo y frio. Ha sido así desde ya lo que creo que son años. ¿Esto acabará?
Has perdido.
[[El camino nunca acaba]] Lo sigo a toda prisa. Entramos en un bosque. Las cosas son fuera de lo normal. Diversos tipos de árboles nos rodean, tienen formas peculiares y colores únicos. Pareciese que notaran nuestra presencia. A cada paso hay más sonidos, distintos tipos de cantos de pájaros llenan de vida el ambiente. Un lejano aullido me sobresalta pero Alex ni se inmuta.
-Calma, los animales no te atacaran si tú no los molestas -dice sonriente.
Eso logra tranquilizarme pero no del todo. Hay algo que no deja de dar vueltas en mi mente "Estoy muerto".
Repentinamente, una esfera de luz lima brillante sale de un frondoso árbol rojizo. Queda suspendida un par de segundos en el aire y luego pasa a toda velocidad, rozándome el pelo.
-Eso es una Potestad o ángel de la naturaleza. Ellos están encargados de cuidar a la vegetación y los animales. Aquí no existe un sol como en tu mundo pero si luna. En el día las potestades juegan en el bosque, mientras que por la noche se transforman en estrellas y lo cuidan desde allá arriba.
Lo miro con asombro y esbozo una leve sonrisa. Esto es muy irónico, jamás creí que la muerte fuera tan complicada.
Seguimos caminando por un largo sendero. Entre más nos adentramos en el bosque, más me asombra el deslumbrante paisaje. Un blanco y esponjoso conejo atraviesa el camino dando rápidos saltos. Hasta los animales tienen colores maravillosos. Antes solo vi colores así luego de días de lluvia. Claro, puedo recordar eso y no mi nombre. ¡Qué útil!
-Siempre creí que los ángeles tenían alas.
-Solo los de alto rango las poseen -dice un poco alicaído.- Yo soy un simple ángel guardián.
-¿Cómo nos trajiste hacia aquí? -. Pregunto curioso.
-Los ángeles guardianes tenemos un cierto nivel de energía que nos permite hacer conjuros simples pero muy útiles -dice con orgullo Alex. - Estos funcionan trazando figuras en el aire. Casi todos se realizan con la mano derecha, solo los hechizos de combate se dibujan con la izquierda. Una de mis habilidades favoritas es transportar objetos pequeños. Llevaba almacenando energía bastante tiempo y por eso fui capaz de traernos hasta aquí, pero me dejó prácticamente vacío.
Alex da un par de pasos más y gira a la derecha.
-Es aquí -dice apuntando a una circunferencia llena de agua en el suelo. En su centro hay una fuente de mármol que posee tres niveles planos por donde cae lentamente agua hacia la pileta. El sonido produce una sensación de calma y paz. Dos canarios rojos beben tranquilos en el nivel superior, sus colores son tan brillantes que parecen dos antorchas encendidas.
-Esto es nuestro medio de transporte. Por aquí los ángeles podemos movernos a donde queramos, solo debemos introducirnos en ella, imaginar el lugar y apareceremos allí. Se llaman Kersh.
Dicho esto, el ángel entra al agua, esta le llega a la altura de la rodilla. Me acerco con prudencia y la toco. No está para nada fría, de hecho, tiene una temperatura agradable. Alex hace señas para que me acerque.
[[Acercarse]]Double-click this passage to edit it.De un momento a otro, todo se vuelve brillante y empieza a dar vueltas.
Aparecemos en una habitación en la cual podrían entrar cómodamente diez personas. No tiene muchos adornos, solo un cuadro con un bello paisaje campestre. No hay ventanas en las paredes, aunque si un gran traga luz en el techo que ilumina toda la habitación. Delante de mí hay un imponente ser de casi tres metros, tiene el torso desnudo y cubierto de cicatrices. Un casco con una cruz en el medio protege su cabeza y esconde su rostro. Un descomunal mandoble está enfundado en una vaina que cuelga de su tonificada espalda. Cada musculo de su cuerpo parece esculpido en piedra.
-No te asustes, él es un arcángel. Está encargado de proteger la ciudad. .-Me susurra Alex.
El guardián abre un libro que luce antiquísimo y nos mira detenidamente.
-Bienvenidos a Fhideg ¿Cuáles son sus nombre? -pregunta autoritario.
-Yo me llamo Alexander.
-Muy bien, y tu recién llegado, ¿cuál es tu nombre?
[[No lo se]]
[[Inventar uno]]-No lo sé, no lo recuerdo -. Digo con poca voz.
El arcángel me mira con desconfianza. Se me hace un nudo en el estómago.
-Dice la verdad -insiste Alexander con seguridad.
El gigantesco ángel levanta su brazo derecho y traza un luminoso cuadrado blanco frente a mí. Al parecer todos los ángeles pueden hacer magia. La figura me envuelve y desaparece.
-Está bien. No detecto nada extraño en ti. Por ahora tendrás que usar el nombre de Mateo.- dice el arcángel.
Salimos por una gran puerta de madera adornada con espirales de bronce. La calle está llena de polvo y arena, sin embargo hay un dulce olor a vida y alegría. Parece una antigua ciudad de Egipto. Gente conversa y ríe mientras caminan, casi todos van acompañados por ángeles, no pareciese que tengan mucho apuro en llegar a algún lado.
[[continuar -> Recorrido por ciudad]]-Mark -. Digo nervioso.
El arcángel me mira con desconfianza. Se me hace un nudo en el estómago.
El gigantesco ángel levanta su brazo derecho y traza un luminoso cuadrado blanco frente a mí. Al parecer todos los ángeles pueden hacer magia. La figura me envuelve y desaparece.
-Está bien. No detecto nada extraño en ti.
Salimos por una gran puerta de madera adornada con espirales de bronce. La calle está llena de polvo y arena, sin embargo hay un dulce olor a vida y alegría. Parece una antigua ciudad de Egipto. Gente conversa y ríe mientras caminan, casi todos van acompañados por ángeles, no pareciese que tengan mucho apuro en llegar a algún lado.
- Jamas se te ocurra volver a mentirle a un arcángel. -Dice Alex mirandome serio.- No se como lograste engañarlo, pero no es algo que alguien cuente dos veces.
[[continuar -> Recorrido por ciudad]]Caminamos varios minutos por las calles de la ciudad.
-¿Por qué existen ciudades, no se supone que uno debe buscar el camino al cielo?
Alex me mira y sonríe.
-El "cielo" por decirlo así es solo un lugar donde vive el Creador, llamada la Ciudad de Plata. El camino hacia allá puede tardar años. Hay personas que por miedo a perderse en la travesía o caer accidentalmente en lo Oscuro prefieren ni siquiera intentar alcanzarlo. Pasando a algo más terrenal, es esencial comprarte ropa, ya que no puedes andar con ese taparrabos.
No había reparado en mi vestimenta, estoy casi desnudo. Siento como la sangre sube a mi rostro. Alex me mira y se ríe estrepitosamente.
-Pero ¿Dónde y cómo vamos a comprar? No tengo dinero.
-Hay un mercado en el centro de la ciudad, y no te preocupes por el dinero, aquí en vez de monedas se ocupa polvo divino.
Andamos un par de minutos por calles anchas y concurridas. Las casas a los costados son todas del mismo tamaño, aunque se diferencian claramente una de otra gracias a sus despampanantes jardineras, con flores de todos los colores y formas. Sin embargo lo más impactante son las decoraciones de sus puertas, complejas figuras hechas con metales y gemas, las cuales toman formas inimaginables.
-El adorno de la puerta es el emblema de la familia que vive en cada casa, por eso se cuida tanto.- dice Alex.
Que irónico el hecho que ocupe la palabra "vive".
Una brisa cargada con olor a pan recién orneado hace que mi estómago gruña con fuerza.
-Al parecer tienes hambre - dice Alex sonriendo- Lo hubieses dicho antes.
Con un rápido movimiento de su mano derecha materializa una cantimplora y una hogaza de pan, luego las tiende hacia mí. Bebo con avidez, atragantándome al final. El pan está blando y tibio, lo trozo por la mitad y se la ofrezco a Alex. Él la rechaza amablemente con una seña de manos.
Llegamos a un mercado bullicioso. Los puesto son diferentes unos de otros, todos tienen colores llamativos y productos sorprendentes; grandes sables, suntuosas joyas, túnicas extravagantes, botellas llenas de polvos extraños, hasta un pequeño carruaje hay encadenado a una tienda. Hay un gran número de arcángeles vigilando. Una pequeña tienda está repleta de huevos de colores y pequeños dragones enjaulados, parece que en ese sentido aquí todo es igual, los animales siguen siendo capturados y vendidos.
-¿No se supone que las potestades están encargadas de cuidar a los animales? -le pregunto a Alex.
-Lo hacen, pero hay ciertos seres que prefieren la compañía de las personas, ningún ser es capturado en contra de su voluntad -responde. -Mira, este es el lugar al que quería llegar.
Nos detenemos en una tienda blanca. En ella hay un hombre de baja estatura, no tiene ese brillo especial que lo diferencia, así que debe ser humano.
-¿Cuánto cuesta esa túnica crema con ese par de zapatos? -pregunta Alex.
-Medio saco de polvo -dice el vendedor
-¡Medio saco de polvo! Esto es un robo.
-Es su decisión.
-Un cuarto de saco, no doy un solo puñado de polvo más.
El vendedor mira con desdén a Alex, medita unos segundos y estira la mano.
-Está bien, un cuarto de saco -dice descortés, escupiendo cada palabra.
Siento un deseo extremo por tomar la túnica y salir corriendo, sería más fácil y ahorraríamos dinero.
[[Tomar la túnica]]
[[Resistir la idea]]Miro sobre mis hombros para asegurarme que ningún arcángel me esté observando. Nada.
[[Tomarla]]Trato de resistirme, pero el deseo en muy fuerte. Maldito ¿Cómo se atreve a hablarse así a Alex? De seguro no tiene ninguna chance contra él, despues de todo es solo un hombre. Pero no, aff ¿En que estoy pensando? Basta.
[[Tomarla]]
[[Resistirse ->Tomarla]]-Quieto-. Dice Alex mientras da un rápido manotazo y saca a un extraño ser que estaba apoyado en mi hombro, es semejante a un duendecillo. Tiene la piel verde oscura y arrugada, como la de un lagarto. Sus ojos son negros y me miran fijamente. Largas y puntiagudas orejas se elevan a los costados de su cabeza. Sonríe de manera burlona mostrando unos afilados dientes amarillentos.
-Esto es la encarnación de lo Oscuro. Existen tres formas que tiene el caído para dañarnos, la primera y la más común es esta; la Tentación, son diablillos que se entretienen incentivando a cometer pecados, pero no pueden obligarte a cometerlos. La segunda son los Asedios, criaturas que tienen el aspecto de ángeles pero están llenos de energía oscura. Por último está la Posesión, que es la más difícil de combatir, espectros muy poderosos y malignos se apoderan de tu cuerpo e intentan llegar hasta el Creador para destronarlo. -dice Alex.
Lanza la Tentación al aire y esta desaparece dejando un humo negro.
-O sea, ¿no va ser tan fácil llegar al cielo?
-Eso depende, por ahora no te preocupes, primero debemos buscar al Querubín.
Tomo la túnica y me cubro con ella, esta se adapta a mi cuerpo rápidamente, tiene los detalles en dorado, los zapatos son negros con cordones marrones.
-Por aquí, -señala Alexander. -El querubín vive en un oasis no tan lejos de esta ciudad, él puede ayudarnos.
[[Seguir a Alex]]Luego de pasar por algunas tiendas, un tumulto de gente nos impide el paso. Al parecer hubo un accidente. La curiosidad me gana y me acerco a mirar. Hay una muchacha boca abajo en el piso, su ángel está intentando levantarla, pero ella pareciese estar inconsciente.
-¡Un poco de agua por favor! -implora su ángel.
Alex levanta su mano derecha y traza un rombo en el aire, una pequeña cantimplora comienza a materializarse frente a él.
-Aquí tienes -dice pasándole el recipiente.
El ángel le da a beber de a sorbos y luego la ayuda a reincorporarse. La chica está vestida con una túnica azul. Es de tez blanca, tiene una figura preciosa y femenina, con unas caderas generosas que suben hacia una pequeña cintura. Unos redondos y prominentes pechos suben y bajan al ritmo de su respiración. Largos espirales rubios caen por su espalda, firmes y sedosos. Al mirar su rostro se llena de mariposas mi estómago. Su perfil es digno de escultura. Tiene unos carnosos labios rojos, llenos de vida y pasión, los cuales se abren dando pasó a una sonrisa de dientes blancos como la nieve. Sus ojos color esmeralda me miran fijos y se abren llenos de asombro. Debe tener mi misma edad, mi…
[[Continuar ->Desmayo en ciudad]]El corazón lucha para salir por mi garganta. He corrido tantas cuadras que perdí la cuenta. Le prometí que nos juntaríamos después de la escuela, pero me costó más de lo que pensé convencer a mi hermano. Tuve que darle la mitad mi mesada para que me encubriera. Mamá jamás me dejaría venir en un día de semana. ¡Oh! Ya no falta casi nada, solo un poco más.
Por fin llego al parque. Ahí está ella, sentada en los columpios. Me mira con sus hermosos ojos verdosos y sonríe con esa boca que me trastorna.
-Llegaste Jack-dice ella muy alegre. -Ven, llevo esperando toda la tarde.
[[Continuar->Volver a la consciencia en Ciudad]]Hay mucha luz y estoy algo aturdido, parece que alguien me habla pero no entiendo lo que dice.
-¡Te pregunto si estás bien!
¿Dónde estoy y quien es él? Ah, ahora lo recuerdo, muerto y todo eso.
-¿Estás bien? -me pregunta Alex. -Te desmallaste y tenías los ojos blancos. Casi pensé que un espíritu se había apoderado de tu cuerpo.
-Sí gracias, ya estoy bien, solo un poco mareado. Ahora recuerdo varias cosas, a mi madre, a mi hermano y mi nombre; Jack.
-Jack ¿pero cómo?
-No lo sé, tuve un sueño extrañísimo, donde aparecía la chica que estaba inconsciente. Un momento. ¡La chica! ¿Dónde está?
-Cuando te desmallaste, su ángel se la llevo. Solo pude escuchar que iban en dirección hacia el Monte Fir del Amanecer, queda más o menos a un día de aquí.
[[Continuar donde el Querubín]]
[[Seguir a la chica]]Que extraño todo lo ocurrido. Sacudo la cabeza y me pongo de pie.
-¿Que tan cerca de la ciudad está el Querubín? -Pregunto.
-Unas pocas horas caminando, sin embargo hay que cruzar el Bosque de Lobos y ya está atardeciendo -dice Alex mirándome fijamente a los ojos, su mirada es imponente-. Es muy difícil atravesarlo sin la protección de la luz del día, pero es tu decisión.-¡Tenemos que ir con ellos! -digo en tono imperativo.
-Está bien, si prefieres ir primero con ellos y luego donde el Querubín es tu decisión, debemos partir mañana temprano.
-Pero, ¿por qué no podemos partir ahora?
-Porque nunca he estado en ese lugar, por lo que no puedo usar los Kersh para llegar al Monte Fir, además hay que cruzar el Bosque de Lobos y ya está atardeciendo -dice Alex mirándome fijamente a los ojos, su mirada es imponente-. Es muy difícil atravesarlo sin la protección de la luz del día, pero es tu decisión.
[[Ir ahora]]
[[Esperar a mañana]]Double-click this passage to edit it.Double-click this passage to edit it.